oHACIA LA NOCHE
Hacia la noche esta ebriedad de sombras.
Estas plumas de calles flageladas en las manos.
Esta orfandad inmóvil de la sed.
Estos puntos suspensivos de los álbumes.
Este parpadeo sin respirar en las pupilas.
Estos guantes caóticos de las sombras.
Esta ciudad yerta con verdugos.
La monotonía del miedo sin posibilidad del grito.
El pecho sin sol para secar el jabón.
Las hormigas que detesto en mis cicatrices.
El espejismo en este desierto de sed y arenas movedizas.
La ráfaga merodeando los anteojos.
El olfato sin júbilos sobre las frutas podridas.
Los zapatos, aquí, gastados sin memoria.
La luz sólo visible a falta del día.
[Canta, canta, pajarito canta]
—La ternura está sostenida en puntos suspensivos.
Usted y yo sabemos que sólo en la oscuridad se hace
Visible la luz.
Usted y yo que somos efímeras espumas.
Usted y yo que ansiamos un puerto en donde anclar.
Usted y yo que vemos gaviotas en el crepúsculo.
Usted y yo que anudamos el horóscopo a los pies.
Usted y yo que contemplamos los espejos del insomnio,
Ahí donde la ebriedad fragua sus peinados.
Hacia la noche todo lo que no era abominable.
Ahora miro con desdén lo inverosímil de las banderas:
Las de unos y otros cuyo fermento apesta hasta los calcetines.
A usted y yo le asesinaron los sueños.
A usted y yo estúpidamente le mintieron.
A usted y yo cínicamente lo invitaron a la merienda
Y se encontró con sórdidas féculas.
[Canta, canta, pajarito canta]
Ahora, acaso, la infamia se vende en envases de agua.
Pero en fin, qué importa. —Cada cierto tiempo, regresamos
A los escenarios de Aristófanes.
A los instantes gratos de la amargura.
A la felicidad simulada en obleas. A la noche sin paraguas.
Al enredo de los Diez Mandamientos.
A la fortuna desviada de los sueños.
Al camino de las viejas certezas: [cada loco con su tema]
Que de estos hay bastantes.
O mejor: cada maestro con su libro. La comida es buena o mala
Según el paladar de quien la prueba.
Usted y yo sabemos que al igual que la memoria,
Las palabras se deterioran con el tiempo
Usted y yo sabemos, después de tantas arrugas
Que ( cada uno suena como tiene la cabeza)
Hacia la noche vamos, incierta mancha de los sueños…
ANDRÉ CRUCHAGA
martes, 8 de febrero de 2011
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