domingo, 21 de octubre de 2007

PALABRAS EN EL HOMENAJE A ELENA PONIATOWSKA


En el Homenaje a Elena Poniatowska

Tener fe es la mejor audacia y la audacia es bellísima, decía Roque
Dalton y qué sino la audacia me ha permitido estar aquí compartiendo
el prodigio de la palabra como antiguos y nuevos constructores.

Y quien sino el Roque nos enlaza en este hermoso y merecido homenaje.


Cuando vine a México la primera vez , por supuesto que el nombre de Elena Poniatowska resonaba con propiedad y autoridad a los círculos
que me asomaba, la poeta Mercedes Durand que me abrió más que las puertas de su casa. Coyoacán donde los que hacíamos cuadernos del Tercer Mundo, vivíamos bajo el acogedor techo de Neiva Moreira y Beatriz Bissio, y tantos orientales circulaban con La casa y el ladrillo
bajo el brazo y Benedetti estaba allí y también Gregorio Selser y yo
podía crecer. Pero entonces me quemaban otras urgencias ,cambiando poesía y seguridad por montañas.

Y debieron pasar muchas cosas, muchos años para que un día la
encontrara dentro de Un libro levemente odioso, de ahí en adelante
conocí más que Luz y lunas, lunitas, hasta que De noche vienes, me revelara como el Felinantropus se transforma en gato perezoso de raquíticos brinquitos y mejor aún me presentó a Esmeralda Loyden

que superaba a Roque en escandalosa reinvidicaciòn ‘cinco como los
dedos de la mano
’.


Es decir develaciòn, audacia y Roque me traen De las manos de un pequeño país y me tienen frente a usted para darle las gracias ,
por todo lo que vale y queda inscripto en el libro de la vida.

Marisol Briones.

El Salvador, Octubre 2007.

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