viernes, 30 de abril de 2010




CAIN HEROE ARQUETÍPICO EN EL MUNDO ANTITÉTICO DE SARAMAGO.
Lic.Rafael Lara Valle
imagén MONTECRUZ

El héroe arquetípico presenta características que el mito ha enaltecido y que perviven en el inconsciente colectivo de toda la humanidad según la teoría de Jung.

El héroe arquetípico es un ser prodigioso que pasa por un proceso de transformación, tiene que realizar una serie de tareas, a veces non gratas como la de Hércules limpiando los establos de Augias o Caín amasando barro con sus pies. El héroe realiza hazañas imposibles de desempeñar por una persona común y corriente. Tal es el caso de Odiseo derrotando a Polifemo, hijo de Poseidón, Hércules destruyendo a la Hidra de Lerna o matando a las aves de Estinfale y actualmente el cine en 3D y sus efectos especiales ha puesto ante nuestros ojos la hazaña de Perseo decapitando a Medusa, venciendo escorpiones gigantes y aniquilando a un monstruo salido del mar, dejando frustrado al propio Hades, hermano de Zeus.

El héroe arquetípico tiene una función redentora, es el Mesías, el Salvador, el que viene a sacar a la humanidad del abismo Karmático en el que se ha hundido, pero que al final tiene que ofrendarse como víctima propiciatoria, sacrificando su vida como lo hizo Hércules abrasado en una hoguera, Edipo proscrito ciego, Prometeo encadenado en una roca y Jesús crucificado, todo por amor a la humanidad.

El caso del Caín de Saramago adquiere matices muy particulares que lo aproximan al concepto de antihéroe, terminó utilizando en Literatura para designar a los protagonistas de la novela picaresca como Lazarillo, Marcos Obregón o Estebanillo González, cuyas características “heroicas” los hacen caer en la antítesis del héroe clásico y no pocas veces hacen el ridículo o son molidos a palos como ocurre con el ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, el cual merece un estudio aparte.

Caín es rescatado por Saramago del papel de villano con el que la tradición lo ha marcado como el primer parricida de la Historia Sagrada, compartiendo tristes honores con Judas Iscariote, el famoso traidor, que según el evangelio murió ahorcado por sus propios medios y que Jorge Luis Borges vio con ojos diferentes, interpretando que también él era parte del Plan divino, como hermano de Jesús, cuya participación fue necesaria para que el primogénito cumplirá con su papel redentor.

En la visión de Saramago, Caín responsabiliza a Dios por la muerte de su hermano Abel, dándose una inversión de arquetipos, pues Dios abandona su rol de Figura magnífica equivalente al Viejo Sabio, según la categorización jungneana, para convertirse en el Padre Terrible o brujo, hechicero que lo transforma en un arquetipo de la Sombra, similar al de Satán. En cambio Caín que culturalmente tiene la carga del arquetipo de la Sombra, se transforma en héroe, en figura protectora, al salvar a Isaac deteniendo el brazo fratricida de Abraham, es decir que se aproxima al rol del Viejo Sabio.

Cuando Dios recrimina a Caín por la muerte de Abel, el homicida le responde “… el primer culpable eres tú, yo habría dado mi vida por su vida, si no hubieses destruido la mía, quise ponerte a prueba, y quien eres para poner a prueba lo que tú mismo has creado” (pg. 39).

Y es que las ofrendas de Caín fueron despreciadas por el creador, recibiendo con beneplácito las de Abel, que según Saramago se ensañaba con su hermano:

“Y siempre la falta de piedad de Abel, la jactancia de Abel, el desprecio de Abel” (pág. 38).

Y Caín le dice a Dios, justificando su falta:

“maté a Abel porque no podía matarte a ti, pero en mi intención estás muerto”. (pg. 40)

En la literatura salvadoreña hay un antecedente de esta postura en “La ira del cordero” del dramaturgo y actor Roberto Arturo Menéndez, donde nos presenta al personaje que es el equivalente de Abel, siempre mofándose de su hermano cuyas ofrendas son rechazadas por el padre y el parricida también culpa a Dios, igual que en la obra de Saramago, disparando con su escopeta en dirección al cielo como queriendo exterminar a su creador.

Saramago, como sabemos, se ha declarado ateo en diversas entrevistas, y es que está en contra de ese dios fabricado por la mente humana para justificar y santificar sus errores. A Saramago le preocupa más los problemas del hombre, creados por el propio hombre y sostiene:

“Los problemas de Dios no me preocupan. Me preocupan los problemas de los hombres que se inventaron un dios que no hace más que darnos ratos malísimos. Quizás Dios exista (yo no lo creo), pero no tiene sentido que nos matemos en nombre de Dios”, nos dice en una entrevista publicada en el periódico español EL PAIS, en 1994.

Si bien el héroe, según la concepción griega, es un hombre divinizado que llega para restaurar el orden quebrantado por las fuerzas del mal, el héroe de Saramago, Caín, es un ser prodigioso muy humanizado que aparece para restaurar el gran error divino de crear una humanidad cruel, egoísta y desalmada, que es su propio reflejo, de allí que al final de la novela, no deja ninguna esperanza de sobrevivencia al exterminar a Noé y a toda su descendencia, obstruyendo el plan divino de una nueva humanidad postdiluviana y en un diálogo, utilizando el estilo directo libre, que es el que emplea el narrador, Saramago acota:

“Entonces la nueva humanidad que yo había anunciado, Hubo una, no habrá otra y nadie la echará de menos” (pg. 189).

Otra característica del héroe es que proviene de padres ilustres como el caso de Hércules, hijo de Júpiter y la reina Alcmena, si bien en el caso de Caín el lustre que le da el ser hijo de Adán y Eva, habitantes del Paraíso Terrenal, se ve opacado, ese prestigio, por su expulsión y la sentencia de ganarse el pan con el sudor de su frente. En el héroe clásico nos encontramos con un primitivo deseo de rebelión contra el padre, como se observa en el caso de Edipo y en el caso de Perseo, que al principio no quiere nada que provenga de su padre Zeus, como se ve reflejado en la película recién estrenada “Furia de Titanes”.

En el Caín de Saramago la rebelión es en contra del propio Padre Eterno, mediante un mecanismo de proyección que los héroes invierten al considerar psíquicamente que fue el padre el que quiso desprenderse del hijo. Esto se ve más gráficamente en el caso de Edipo. Y en el caso de Caín en el desprecio de Dios por sus ofrendas y a quien acusa de haber destruido su vida.

Otra característica que es necesario destacar consiste en “Las marcas del héroe” que lo auxilian y le sirven para salvar los obstáculos más inverosímiles, sin hacerlos totalmente invulnerables, como es el caso de Aquiles que está dotado de cualidades superiores a todos los demás guerreros, pero que tiene su débil talón que origina su muerte flechado por Paris; también tenemos como marcas la enorme fuerza de Hércules, la agudeza mental de Ulises y en el caso de Caín el don divino, rubricado en su frente, de no poder morir violentamente, ni siquiera el mismo Dios puede tocarlo. Cuando el héroe de Saramago le pide al Creador que lo mate recibe por respuesta:

“No puedo, la palabra de Dios no tiene vuelta atrás, morirás de muerte natural en la tierra abandonado y las aves de rapiña vendrán y te devorarán la carne” (pg. 189), pero esto ya no lo sentirá Caín pues estará inerte, como sí lo sintió en vida Prometeo, castigado por Zeus.

Todo héroe mítico pasa por varias etapas en su vida: Búsqueda, Iniciación y Sacrificio o inmolación como víctima propiciatoria.

La búsqueda la realiza Caín durante el transcurso de la novela. El héroe viaja en busca de su misión, de su destino ¿Cuál es la búsqueda y misión de Caín? Constatar la evolución histórica de la humanidad creada por Dios, y comprobar sus acciones erráticas, su falta de misericordia al ordenar el exterminio de ancianos, mujeres y niños en diferentes ocasiones, ya sea alentando una “guerra santa” de conquista territorial, poniendo a prueba a sus servidores o por causa de sus pecados. En el caso de Sodoma, prometió no accionar contra ella si se encontraba en ella algún justo o ser inocente, y ¿Acaso no había niños?, se pregunta Caín. Todo esto lo lleva a la conclusión de que Dios y la humanidad no valen la pena y no merecen una nueva oportunidad.

En cuanto a la etapa de la iniciación, la realiza Lilith, en el caso de Caín, la cual le enseña todos los secretos de alcoba que convierten al hijo de Adán en un experto en artes maritales las que hábilmente pone en práctica posteriormente con las hijas de Lot, con las nueras de Noé e incluso con la misma esposa del venerable capitán del arca que pretendía salvar a la humanidad, con todo y animales, por mandato del Señor, incluyendo el borrico que Caín metió de contrabando.

Lilith es el personaje estrella de Saramago, presentada por Isaías, en la Biblia, de la siguiente manera: “Y en sus palacios crecerán las zarzas, en sus fortalezas las ortigas y los cardos, y serán moradas de chacales y refugio de avestruces. Perros y gatos salvajes se reunirán allí, y se juntarán allí los sátiros. También allí Lilith descansará y hallará su lugar de reposo” (Isaías 34, 13). El lugar lo ubica Isaías en la tierra de Edom, habitada por los descendientes de Esaú, los edomitas o idumeos.

Según la tradición Lilith era una mujer muy bella y voluptuosa, tal como nos la presenta Saramago, seductora y lujosamente vestida:

“Lilith estaba sentada en un escaño de madera trabajada, llevaba un vestido que debía de valer un potosí, una prenda que exhibía sin ningún recato un escote que dejaba ver la primera curva de los senos y permitía adivinar el resto” (pg. 63)

Bellísima, abrigada por una serpiente, la pintó John Collier en 1982.

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Lilith, como personaje mítico ya está presente entre los antiguos sumerios y babilonios quienes la describen como un súcubo que envuelve con su lujuria a los hombre durante el sueño. Aparece en varias partes del Talmud y en la Cábala y está asociada con demonios y la rebeldía femenina. Según la tradición fue la primera esposa de Adán de quien huyó al negarse a ser sometida, alegando que fueron creados por Dios utilizando el mismo barro, aunque según otra versión fue creada antes que Adán, el día quinto, cuando Dios creó a todas las aves y Lilith está vinculada con la lechuza, que curiosamente los griegos asociaron con Palas Atenea, la Minerva de los romanos, diosa de la inteligencia, que no hemos empleado con sabiduría, dicho sea de paso. Al igual que la lechuza Lilith es una diosa nocturna asociada a la luna y representa nuestra naturaleza instintiva. Y cuando abandonó a su esposo Adán que le quiso imponer su férula machista, se fue volando en dirección al mar, que como sabemos es el símbolo del inconsciente y del origen de la vida.


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Durante la separación de Adán y Eva, que duró un centenar de años, Lilith volvió a juntarse con su ex marido, a quien según la tradición siempre atormentó durante el sueño e incluso a Eva, la hizo víctima de su poder y fue quien la persuadió para que saboreara el fruto prohibido del conocimiento del bien y el mal, tal como lo representa Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

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También se considera a nuestra famosa diablesa la esposa de Asmodeo, rey de los demonios, pero en la novela de Saramago, está casada con Noah, un pobre diablo estéril, cuyos únicos cuernos son los que le pone Lilith a su entero gusto.

Saramago con mucha picardía desmitifica una de las grandes cargas culturales de la tradición judaico-cristiana, el tabú hacia el sexo. Si los griegos -léase a Homero- consideraban los genitales como partes venerables o nobles, la tradición hebrea los considera partes inmundas o deshonestas, de ahí que Adán y Eva corren a cubrirse con hojas de parra, según la tradición, por pura vergüenza, la cual arrastramos todavía..

Saramago utiliza el humor, la ironía, la sátira para fustigar la actitud mojigata hacia el sexo, nos dice por ejemplo:

“Como de costumbre Adán y Eva dormían desnudos, uno al lado del otro, sin tocarse, imagen edificante aunque equívoca de la más perfecta de las inocencias”. (pg. 17)

Hay cierta coquetería y atrevimiento por parte de Eva cuando aprieta contra su seno la mano del querubín Azael, guardián del Paraíso, y si la cosa no pasó a más fue porque “… los ángeles, mientas lo sean, tienen, prohibido cualquier comercio carnal, solo los ángeles caídos son libres de juntarse con quienes quieran y con quienes lo quieran”. (pg. 28 y 29)

El encuentro de Caín con Lilith es todo un espectáculo, lleno de pasión y todo un camasutra, experiencia inolvidable para Caín quien obtiene su mayoría de edad, en un rito de pasaje donde se refuerza toda su virilidad, que magistralmente utilizará en el futuro como un verdadero Juan Tenorio que irrespeta el sagrado sacramento del matrimonio.

Saramago es muy descriptivo respecto a la iniciación erótica de nuestro héroe y la presentación de la avidez de su heroína:

“… la agitación irreprimible de los miembros, las contorsiones del cuerpo de ella o de su propio cuerpo, las posturas que la cópula, por si misma, solicitaba o imponía, hasta el apogeo de los orgasmos. No durmieron mucho en esa primera noche los dos amantes. Ni en la segunda, ni en la tercera, ni en todas las que siguieron, Lilith era insaciable…” (pg. 67)

En cuanto al último paso, el Sacrificio, para la calificación del héroe mítico, para convertirse en Víctima propiciatoria, es simbólica en Caín, pues no padece ninguna inmolación, más bien es sacrifica su propia descendencia, pues el hijo de Lilith ya no tendrá la oportunidad de continuar con su estirpe y es más bien Caín el victimario de toda la humanidad, condenándola al exterminio, sin chance de otra oportunidad como el Macondo de Cien Años de Soledad, una muestra del famosos pesimismo de Saramago, que está desencantado con una humanidad que no escarmienta ni le ha sacado provecho a las lecciones de la Historia y vuelve a tropezarse con la misma piedra. Saramago nos insta a cambiar nuestras circunstancias, pareciendo como si arara en el mar, ante una humanidad sorda, ciega e indiferente. Citando a Marx y Engels de La Sagrada Familia afirma “Si el hombre es formado por las circunstancias, entonces hay que formar las circunstancias humanamente”.

Hay que dejar constancia que Saramago se lleva bien con Dios, cuando se le hizo esta pregunta en una entrevista respondió: “Si, porque gracias a él he escrito esa obra de teatro (se refiere a In nomine Dei) y dos novelas La segunda vida de San Francisco de Asís y El Evangelio según Jesucristo. Sin Dios mi obra quedaría incompleta” y ahora nos regala su Caín, que ya está desatando grandes polémicas, condenas eclesiásticas y no pocos se estarán rasgando las vestiduras. Y Saramago continúa su inacabable discusión con Dios, emulando a su personaje, al final de la novela.

Saramago es un revolucionario, aunque no es partidario de una revolución violenta, sin embargo el mismo dice que la rebelión es alentada por el poder económico que manipula y controla al poder político. Y denuncia la cultura moderna del triunfador que nos inculcan desde pequeños y seguimos inculcando a nuestros hijos, el de ser los mejores, los más fuertes físicamente y materialmente, de ganar siempre.

Quiero concluir este ensayo dejándole la palabra al propio Saramago quien al ser entrevistado en España sostuvo:

“Sinceramente creo que hace falta una revolución, ¡Una revolución ética! Los medios de comunicación, empezando por la televisión y terminando por la radio transmiten el valor dominante ¿A quién pertenecen los medios? Lo peor de todo es que esto existe, porque ha existido siempre. Lo peor de todo es la apatía e indiferencia que de una forma absolutamente general el poder, en sus distintas manifestaciones y expresiones, ha conseguido llevar a la humanidad. O quizás no a toda la humanidad, sino a una parte de la misma, agobiada por la idea de tener que triunfar, de poseer dos o tres coches… y los demás que se fastidien”.

Esto nos lleva a una reflexión, ¿En qué parte de la humanidad estamos colocados? ¿Seguiremos fomentando el materialismo en el que estamos hundidos? Cada uno de nosotros de su propia respuesta.

Edición utilizada:

Saramago, José. CAÍN, Alfaguara, Santillana, México, 2009.

jueves, 29 de abril de 2010

Grupo AMATE en foro sobre CAÍN de Saramago



El Mito Renovado de Caín de José Saramago

Carlos René García Escobar
Antropólogo-Escritor
Guatemala

Una nueva hermenéutica ha surgido a través de la lectura de esta novela. La llamaríamos “la hermenéutica de Saramago”. Según Humberto Eco (1992:5) citado por Mariflor Aguilar Rivero (1998:19-20), el término proviene del mito griego de Hermes, una divinidad destinada a ser la mensajera de los dioses y a su vez volátil y ubicua. Lo que significa la habilidad de movilizarse libremente y en este sentido se trasladó a la posibilidad de remover el sentido de los textos y de las palabras. H. G. Gadamer (Aguilar Rivero, 1998: ibid), describe la hermenéutica en tres momentos históricos: desde la antigüedad se especializó en la filología resolviendo los problemas del lenguaje textual (vocabulario y gramática); luego como exégesis bíblica resolviendo los problemas de la interpretación de los textos sagrados y también en la interpretación de las leyes; modernamente se encontró con el problema durante el siglo XVIII de que la interpretación de los textos sagrados trascendió lo dogmático por lo que se empezó a contextualizarlos históricamente, de este modo la problemática hermenéutica redundó entonces en interpretar la historia. Hablando del lenguaje en términos lingüísticos y siguiendo a Gadamer para los objetivos del presente análisis, se afirma que la comprensión hermenéutica correcta reúne las opiniones previas acerca del texto a interpretar que han sido convalidadas por la distancia en el tiempo, mediante la formulación de preguntas adecuadas que al plantearse como auténtica apertura hacen posible que se escuche la voz de la tradición. (Aguilar Rivero, 1998: 159-160) y (Mendoza, Edgar:1992,84).
Ricoeur, (Lojo, 1997: 46-47) como filósofo del mito, aduce que, si bien ya no vivimos inmersos en la conciencia mitológica, si bien se ha roto la sincronía mítica, el mito sobrevive diacrónicamente, de algún modo, en nuestra cultura, en nuestra literatura, a través de sus símbolos ya que, a estas alturas del proceso histórico, es evidente que por más retorno al mito que se quiera proclamar, resulta imposible la recuperación de lo mítico como conciencia mitológica y sistema integral de pensamiento.
En todo caso creo que nuevos mitos se han formado modernamente por la fuerza penetrante de los mass media contemporáneos. Esto, empero, es ya objeto de análisis en otros lados. Es admisible, eso sí, (Lojo, 1997: 47) que ciertos “reservorios de sentido” articulados en el mundo mítico –en el modo mítico de compresión de lo real- esto es los símbolos, continúen (transformados, diversamente matizados) produciendo sentido en la literatura. (en la novela Caín, aquí en cuestión, diríase). En este sentido concordamos con las ideas de lo arquetípico en Karl Gustav Jung (Jacobi,1983:37-113) para quien los arquetipos simbólicos son las marcas ancestrales de las experiencias humanas básicas por lo que es difícil que un símbolo no esté vinculado de uno u otro modo con ellos. Para Eliade (1972:25-56) la revelación de lo sagrado (hierofanías) es lo más importante en la manifestación de los símbolos. “su aporte más brillante es quizá la exposición del sistema significativo complejo de cada simbolismo, que supone y revela la correspondencia entre los diversos niveles de la realidad cósmica y las modalidades de la existencia humana, y manifiesta así la secreta unidad del cosmos y de la vida”. (Lojo, 1997: 52). En relación a la documentación objeto de nuestro análisis, Eliade, (1972:ibid) refiriéndose a la gran cantidad de documentos arqueológicos, paleontológicos, antropológicos y culturales pasados y presentes obtenidos por la humanidad y que le han permitido reconstruir el pasado histórico cultural del Hombre, afirma que tales documentos históricos son esencialmente religiosos aunque cada dato contenga una significación particular por cada cultura y momento histórico del que ha sido obtenido. Por otro lado, debe tomarse en cuenta que el estudio de los datos implica también que los mismos proporcionan ideas fundamentadas de situaciones históricas distintas y de comportamientos religiosos cuyas estructuras responden a sus propios desarrollos. Asunto que pretendo atisbar en esta exposición.
Saramago interpreta magistralmente el viejo testamento, su Pentateuco, a partir de la acción fratricida de Caín, interponiendo los tiempos y las épocas en que se suscitaron los hechos narrados en esos libros. A partir de la génesis del primer hombre y la primera mujer, Saramago va demostrando dialécticamente la historia de la evolución del género humano, ya que cuando Caín huye señalizado por el prurito de asesino de su hermano impuesto por el señor (o sea Dios) y empieza a recorrer la tierra en calidad de paria, va encontrado pueblos y caravanas de viajeros preexistentes y desconocidos por él. Precisamente, luego de que Adán y Eva fueron expulsados del Edén, encuentran una cueva donde vivir y se unen a una caravana de viajeros dando inicio a una nueva vida para ellos, entre aquellos, obviamente ya existentes humanos por ellos casualmente hallados.
Los hechos más importantes del antiguo testamento pentatéutico, son tratados en el devenir errante de Caín, quien los vive y presencia, como “presentes futuros” y “presentes pasados” que confluyen indistintamente en su errático y ubicuo destino. Del mismo modo los personajes importantes de esas épocas son conocidos por Caín entablando familiaridades propias con ellos. Un destino provocado por el castigo divino. De tal modo que en el Capítulo 10, Pág. 135, se lee:

“Caín no sabe dónde se encuentra, no consigue distinguir si el jumento lo está llevando por una de las tantas vías del pasado o por algún estrecho sendero del futuro, o si, simplemente, va marchando por otro presente cualquiera que todavía no le ha sido dado a conocer. Mira el suelo seco, los cardos espinosos, las escasas hierbas requemadas por el sol, pero suelo seco, cardos y hierbas calcinadas es lo que más abunda por esos inhóspitos parajes. Caminos a la vista, en absoluto, desde aquí se podría llegar a todas partes o a ningún lado, como destinos que se renuevan o que tal vez hayan decidido esperar mejor ocasión para manifestarse”.


En una de tantas conversaciones con su amante Lilith, (la que en el mito, ella misma lo dice en la novela, es todas las mujeres en su nombre) el diálogo se desarrolla así (Pág. 143):

“…Como siempre, a las mujeres, si por un lado les llueve, por otro les viene el viento, En cualquier caso, los inocentes ya están acostumbrados a pagar por los pecadores, Qué extraña idea de lo justo parece tener el señor, La idea de quien no tiene la menor noción de lo que podría ser una justicia humana, Y tú, la tienes, preguntó Lilith, Yo no soy nada más que caín, el que mató a su hermano y por ese crimen fue juzgado, Con bastante benignidad, dígase de paso observó lilith, Tienes razón, sería el último en negarlo, pero la responsabilidad principal la tuvo dios, ese al que llamamos señor, No estarías aquí si no hubieras matado a Abel, pensemos con egoísmo que una cosa ha traído a la otra, He vivido lo que tenía que vivir, matar a mi hermano y dormir contigo en la misma cama son efectos de la misma causa, Cuál, Que estamos todos en manos de dios, o del destino, que es su otro nombre…”

La novela es un largo relato de cuestionamientos a Dios por los destinos manifiestos en las personas y los hechos, en tanto no responden al egolatrismo divino y por lo cual hechos, objetos y personas reciben el implacable castigo por no responder a los divinos intereses.
Las peroratas antidivinas las hace Caín cada vez que suceden los castigos en tanto causas para sus reflexiones teológicas, digamos. Así tenemos que se recorren los tiempos entre (en diálogo con su amante Lilith):

“el caso de un hombre llamado Abraham al que el señor le ordenó que le sacrificara su propio hijo, después el de una gran torre con la que los hombres querían llegar al cielo y que el señor derribó de un soplo, luego el de una ciudad en la que los hombre preferían acostarse con otros hombres y el castigo de fuego y azufre que el señor hizo caer sobre ellos, sin salvar a los niños, que todavía no sabían qué iban a querer en el futuro, a continuación el de una enorme reunión de personas en la falda de una montaña a la que llamaban sinaí y la fabricación de un becerro de oro que que adoraron, a causa de lo cual murieron muchos, el de la ciudad de madián, que se atrevió a matar a treinta y seis soldados de un ejército denominado israelita y cuya población fue por ello exterminada hasta el último niño, el de otra ciudad llamada Jericó, cuyas murallas se derrumbaron con el sonido de las trompetas hechas de cuernos de carneros y después fue destruido todo lo que había dentro, incluidos, además de los hombres y las mujeres, jóvenes y viejos, los bueyes, las ovejas y los burros. Esto es lo que he visto, remató caín, y mucho más para lo que no me llegan las palabras,…” (Pág. 141).

Como se dice en la solapa de la contraportada: Esta novela es “Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura”. Esta guerra secular se explica por cuanto luego del asesinato de Abel, Dios pacta con Caín asumiendo su responsabilidad en el hecho, y lo condena a un destierro errante hasta el final de los tiempos, según se deduce de la parte final en la última página en la que ambos, Caín y el señor continúan contra argumentándose y discutiendo hasta el final de la Historia.
Finalmente, la novela, densa pero dinámica en su proceso narrativo, es formalmente un artilugio gramatical, pues Saramago rompe con todas las reglas formales de la Redacción y los capítulos se deslizan en grandes párrafos pues, coloca los puntos y las comas según el aliento de la lectura haciendo uso de las mayúsculas y minúsculas según su capricho. Son trece capítulos (Número cabalístico por cierto) en 189 páginas que pueden leerse en unas veinte horas a lo sumo.






Bibliografía citada

Aguilar Rivero, Monteflor
1998 Confrontación, Crítica y Hermenéutica. México, Fontamara.
214 pp.

Eliade, Mircea
1972 Tratado de historia de las religiones. Ed. ERA, México 462 pp.

García Escobar, Carlos René
2005 Aproximación hermenéutica a las danzas tradicionales
guatemaltecas. Avance semiológico en sus originales.
Tradiciones de Guatemala, No. 63. CEFOL-USAC. Guatemala.

Jacobi, Joland

jueves, 22 de abril de 2010

PUEBLOS INDIGENAS DE EL SALVADOR

Declaración de los pueblos indígenas ante las violaciones a los derechos de la Madre Tierra en Nahuizalco y El Salvador
Jueves 22 de abril de 2010
Este día Macuil Miktú, desde la cosmovisión ancestral representa el poder sobro todos los demás días, para perdonar y pedir perdón por toda mala acción cometida. Asimismo, un día que representa el principio, el poder de la noche para dar luz a otro día, el renacimiento a una nueva vida después de la muerte, pedimos permiso al gran formador y creador, corazón del cielo y corazón de la tierra y a cada uno y una de nuestros difuntos, para dar a conocer la siguiente:

Declaración de la Coordinadora Indígena de Nahuizalco

Ante la grave situación por la que atraviesa nuestra Madre Tierra y las repercusiones que esto conlleva para la humanidad, debido a las políticas desarrollistas, economicistas y materialistas desde un enfoque de estado colonial, capitalista y monocultural, fortalecidas por una doctrina neoliberal, la cual considera a nuestra Madre Tierra y a la humanidad como un simple recurso o mercancía, de quienes se puede disponer de manera irracional para los fines de producción y acumulación de riquezas concentradas en pocas manos, por tanto, al Pueblo Salvadoreño, la opinión publica nacional e internacional,

Manifestamos:

Autoridades y representantes de los pueblos y nacionalidades indígenas de El Salvador, reunidas en la ciudad de Nahuizalco entre los días 10 y 22 de abril del 2010, amparados en su presencia histórica en este territorio y en base al principio de la libre determinación y autonomía de los pueblos indígenas del mundo, este 22 de abril, en que el mundo celebra el día de la Tierra, nos sumamos al hermano pueblo de Bolivia para declarar los “Derechos de la Madre Tierra” y exigir a los gobiernos y grupos de poder cambiar un modelo que avanza en la destrucción de la vida, y que acabará, incluso, hasta con los poderosos que se consideran inalcanzables por la justicia de la madre naturaleza.

Consideramos :

Que el cambio climático representa una real amenaza para la existencia de la humanidad, para los seres vivos y no vivos de nuestra Madre Tierra; constatando el grave peligro que existe para todas las regiones del mundo, los polos de la Tierra, fuentes de agua, poblaciones afectadas por desastres crecientes, plantas, animales y ecosistemas en general. Estamos convencidos que los más afectados por el cambio climático somos los y las más pobres, los excluidos y a la vez explotados y explotadas del planeta, que veremos destruidos nuestros hogares, nuestras fuentes de sobrevivencia y seremos obligados a migrar y buscar refugio.

Confirmamos que las emisiones de gases del efecto invernadero se originaron en los países industrializados del norte; constatando que el cambio climático es producto del sistema capitalista neoliberal, lamentamos el fracaso de la Conferencia de Copenhague por responsabilidad de los países industrializados que no quieren reconocer la deuda climática e histórica que tienen con los países empobrecidos, las futuras generaciones y nuestra Madre Tierra.

Exigimos al Estado de El Salvador:

1. Respaldar en instancias nacionales e internacionales la declaración y el cumplimiento de los Derechos de la Madre Tierra.
2. Tomar todas las medidas urgentes para detener el grave deterioro de la Madre Tierra, la contaminación de los ríos, lagos, mares, el aire, la tierra, fruto de los 518 años de políticas colonizadoras, explotadoras y privatizadoras de modelos coloniales, hoy neoliberales.
3. Detener todos los proyectos de muerte: represas, minería, carreteras que devoran nuestras reservas ecológicas, proyectos habitacionales, todos con el pretexto de representar beneficio y “desarrollo humano”, ya que estos atentan contra la biodiversidad, nuestros lugares sagrados y nuestras propias vidas en nuestros territorios.
4. Rechazar enfáticamente el uso de productos genéticamente manipulados en el territorio salvadoreño ya que estos atentan contra la biodiversidad, nuestra seguridad y soberanía alimentaria.
5. Adoptar en sus políticas públicas un enfoque intercultural en las aéreas de educación, salud, economía, legislación y agricultura, para erradicar el racismo, la discriminación y marginación que hasta hoy se manifiesta en la gestión pública y privada.
6. Ratificar y cumplir los convenios internacionales a favor de los pueblos originarios en El Salvador (Convenio 169 OIT; Declaración Universal de los Derechos de Pueblos Indígenas).
7. Cumplir con los compromisos pactados en el plan de gobierno.
8. Detener la destrucción, invasión y el saqueo de lugares sagrados (Sihuatan, Guija, Tajcuilujlan y otros)
9. Emprender la reforma constitucional para el reconocimiento de pueblos indígenas en El Salvador.
10. Anular y corregir datos del censo de población realizado en 2007 con respecto a población indígena para evitar su invisibilización.
11. Esclarecer y resarcir masacres indígenas perpetradas en nuestro territorio, especialmente en 1932.
12. Incorporar en la curricula educativa el respeto a la Madre Tierra desde la cosmovisión indígena.
13. Declarar un estado pluricultural que reconozca la existencia de distintas culturas.

Nuestra Madre Tierra tiene derecho a la vida; a no ser envenenada con agro tóxicos, cianuro, armas atómicas, desechos tóxicos de la gran empresa, represas hidroeléctricas; a ser reconocida como fuente de la vida y la vida misma y no como un simple recurso natural y materia prima. Lo que le permitiría a la humanidad liberarse de su condición de recurso humano, de mercancía. Esto significa que no podrá haber libertad para la humanidad sin la liberación de nuestra Madre Tierra.

Sin los derechos de la madre tierra, no hay derechos humanos.

La tierra no le pertenece a la humanidad, nosotros/as le pertenecemos a ella.

Ne tal tesu guipia iteguyu, tejemet ti ipal ne tal.

Por la dignidad y la autodeterminación de los pueblos, avanzamos hacia el “Vivir Bien”.

Tinemi susul yec.

miércoles, 21 de abril de 2010

Nahuizalco honrará a la Madre Tierra


JAFETH,PINTOR DE SUEÑOS Y REALIDADES




COMUNIDADES INDIGENAS CONMEMORAN

DIA MUNDIAL DE LA TIERRA



En el “Día Mundial de la Tierra” el jueves 22 de Abril, la comunidad indígena de Nahuizalco honrará a la Madre Tierra, con una ceremonia y un foro, en el cual se presentarán nuevas pautas para el reconocimiento constitucional de los derechos indígenas y los derechos de la Madre Tierra en El Salvador.

La actividad se realizará en el parque central de Nahuizalco a partir de las ocho de la mañana, y en el foro participaran representantes de las comunidades indígenas, además de propuestas novedosas como las reflexiones del Procurador Adjunto, Dr. Salvador Menéndez Leal, sobre “Los derechos de la Madre Tierra–un nuevo horizonte de derechos”; una propuesta de “Ordenanza Municipal de Reconocimiento de los Pueblos Indígenas”, a implementarse en Nahuizalco, presentada por el abogado Gustavo Pineda de FESPAD, y consideraciones sobre la ruta del cumplimiento de derechos indígenas en El Salvador, por el Dr. Félix Ulloa de IEJES.

Representantes de varios comunidades indígenas fundamentarán además su demanda de amparo para que la Corte Suprema de Justicia declare nulos los datos del último Censo de Población 2007, sobre la población indígena del país. La demanda se presentará a la Corte Suprema de Justicia en los próximos días.

La actividad en el “Día de la Tierra”, ha sido convocada por Coordinadora Indígena de Nahuizalco, Consejo Indígena de Tajcuilujlan, COMPAS El Salvador, Los Pasos del Jaguar, FESPAD, IEJES, Museo de la Palabra y la Imagen, Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y Terre des Hommes Alemania.

Este foro en Nahuizalco se produce paralelamente a la “Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra”, que se realiza en Cochabamba, Bolivia.

martes, 20 de abril de 2010

Eduardo Galeano CUMBRE DE LA MADRE TIERRA



MENSAJE A LA CUMBRE DE LA MADRE TIERRA *Por Eduardo Galeano
“Los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad”
Lamentablemente, no podré estar con ustedes. Se me atravesó un palo en la rueda, que me impide viajar.

Pero quiero acompañar de alguna manera esta reunión de ustedes, esta reunión de los míos, ya que no tengo más remedio que hacer lo poquito que puedo y no lo muchito que quiero.

Y por estar sin estar estando, al menos les envío estas palabras.

Quiero decirles que ojalá se pueda hacer todo lo posible, y lo imposible también, para que la Cumbre de la Madre Tierra sea la primera etapa hacia la expresión colectiva de los pueblos que no dirigen la política mundial, pero la padecen.

Ojalá seamos capaces de llevar adelante estas dos iniciativas del compañero Evo, el Tribunal de la Justicia Climática y el Referéndum Mundial contra un sistema de poder fundado en la guerra y el derroche, que desprecia la vida humana y pone bandera de remate a nuestros bienes terrenales.

Ojalá seamos capaces de hablar poco y hacer mucho. Graves daños nos ha hecho, y nos sigue haciendo, la inflación palabraria, que en América latina es más nociva que la inflación monetaria. Y también, y sobre todo, estamos hartos de la hipocresía de los países ricos, que nos están dejando sin planeta mientras pronuncian pomposos discursos para disimular el secuestro.

Hay quienes dicen que la hipocresía es el impuesto que el vicio paga a la virtud. Otros dicen que la hipocresía es la única prueba de la existencia del infinito. Y el discurserío de la llamada “comunidad internacional”, ese club de banqueros y guerreros, prueba que las dos definiciones son correctas.

Yo quiero celebrar, en cambio, la fuerza de verdad que irradian las palabras y los silencios que nacen de la comunión humana con la naturaleza. Y no es por casualidad que esta Cumbre de la Madre Tierra se realiza en Bolivia, esta nación de naciones que se está redescubriendo a sí misma al cabo de dos siglos de vida mentida.

Bolivia acaba de celebrar los diez años de la victoria popular en la guerra del agua, cuando el pueblo de Cochabamba fue capaz de derrotar a una todopoderosa empresa de California, dueña del agua por obra y gracia de un gobierno que decía ser boliviano y era muy generoso con lo ajeno.

Esa guerra del agua fue una de las batallas que esta tierra sigue librando en defensa de sus recursos naturales, o sea: en defensa de su identidad con la naturaleza.

Hay voces del pasado que hablan al futuro.

Bolivia es una de las naciones americanas donde las culturas indígenas han sabido sobrevivir, y esas voces resuenan ahora con más fuerza que nunca, a pesar del largo tiempo de la persecución y del desprecio.

El mundo entero, aturdido como está, deambulando como ciego en tiroteo, tendría que escuchar esas voces. Ellas nos enseñan que nosotros, los humanitos, somos parte de la naturaleza, parientes de todos los que tienen piernas, patas, alas o raíces. La conquista europea condenó por idolatría a los indígenas que vivían esa comunión, y por creer en ella fueron azotados, degollados o quemados vivos.

Desde aquellos tiempos del Renacimiento europeo, la naturaleza se convirtió en mercancía o en obstáculo al progreso humano. Y hasta hoy, ese divorcio entre nosotros y ella ha persistido, a tal punto que todavía hay gente de buena voluntad que se conmueve por la pobre naturaleza, tan maltratada, tan lastimada, pero viéndola desde afuera.

Las culturas indígenas la ven desde adentro. Viéndola, me veo. Lo que contra ella hago, está hecho contra mí. En ella me encuentro, mis piernas son también el camino que las anda.

Celebremos, pues, esta Cumbre de la Madre Tierra. Y ojalá los sordos escuchen: los derechos humanos y los derechos de la naturaleza son dos nombres de la misma dignidad.



Vuelan abrazos, desde Montevideo.

miércoles, 14 de abril de 2010

domingo, 11 de abril de 2010



'El valor de las cosas y los momentos
no está en el tiempo que duran,
sino en la intensidad con que se viven.
Por eso existen momentos maravillosos, inolvidables,
cosas inexplicables y personas incomparables.


HISTORIA SIN FIN

Mientras aguardaban
en una sala de aeropuerto
él leía un periódico
para matar la espera.
Ella agitaba mariposas
de su mente y en su bolso.
Ambos se percibían
por el rabo del ojo
sin registrarse totalmente.
Pero
-estas cosas ocurren,
como sabe usted-,
ella le preguntó la hora,
para afirmar seguridades,
él cerró entonces el periódico
y se miraron.
Seguro que es seguro su país?
inquirió ella.
Más seguro que cualquiera, le aseguro,
respondió él,
para tranquilizarla.
A estas alturas
Él, un hombre formal-por su apariencia-
había comenzado a desplegar
los mitos ancestrales de su tierra,
como si supiera que eran imán
para atraerla a ella.
Ella, como volviendo de un lugar oscuro,
sonrió con una luz que difuminó su luto
y le contó sobre el Encuentro al que iba.
Los altavoces anunciaron
las salidas.
Él, a punto de perder el vuelo
fue empujado por ella,
que con extraño impulso,
le entregó una tarjeta poema
con sus datos.
Los vuelos tenían
destinos diferentes.
Él arribó a la Isla grande y
a su bosque siempreverde.
Ella a la región Entre Ríos y
se enamoró de inmediato
del paisaje , de la gente,
presa como de un encantamiento
entre la vida que se le revelaba
bajo aquel cielo gris
con mil gotitas frías
mojándola para florecerla.

Entre collares de palabras,
solidaridades y la perenne bendición
de la Diosa de las Aguas
ella lo habría olvidado,
de no ser por que encontró
un sorpresivo mail escrito por él
donde la retrataba
tal cual era.
Descubrieron entonces,
que se conocían desde siempre
y se volvieron constructores.
Él, experto en puentes colgantes
los decoró con piedras arcoiris
para quitarle a ella
el miedo de cruzarlos.
Ella, pese a su inexperiencia
logró atar todos los nudos.Ahora
esta historia de muchos
y de dos
se escribe,enriquece,
crece
día a día
como el cuento aquel
de
la historia sin fin.



Marisol Briones

martes, 6 de abril de 2010

VÍCTOR CASAUS,palabras para SILVIO




Palabras escritas por Víctor Casaus para la presentación del CD de Silvio Rodríguez Segunda cita, el 26 de marzo en Casa de las Américas)


Eso es lo que pienso cuando me sitúo ante la amenazadora cuartilla (pantalla) en blanco para escribir esta nota sobre/para la presentación del nuevo disco de Silvio Segunda cita. Coincidencias (o más bien divergencias) de fechas no me permitirán estar en la Sala Che Guevara de la Casa de las Américas, como querría, como quiero, cuando el trovador presente esta nueva obra suya.
Tengo entonces aquí, además de esa riqueza insustituible de la experiencia y la memoria compartidas, los comentarios que escribió el trovador sobre las canciones del disco, mis propias notas nacidas de las ideas que proponen los textos/los poemas de esas canciones y el eco de la pre-audición hecha, hace algunas semanas, en la pequeña cabina de sonido de Ojalá, junto al amigo Joaquín Borges-Triana, con la compañía amable de Olimpia y Ana Lourdes, cuando la Segunda cita sonó por primera vez para nosotros, proponiendo laberintos desde su compleja sencillez, avizorando alegrías desde su óptica a veces grave, intuyendo amor desde una ética que va de cita en cita, como la vida misma, construyéndonos -ad astra per aspera- interminables. Hacia los astros a través de la adversidad, como nos explicaba/ traducía, en las aulas de la Escuela de Letras, aquella profesora de Latín, sabia e inolvidable. Apelo al latinazgo -recurso generalmente abominable- porque en este caso no lo es: esa frase es parte de la memoria común nuestra de aquellos años cuando recorríamos, sin itinerario previsto ni horarios rígidos, como debe ser, la ruta Universidad-heladería Coppelia-nait club El cóctel, entre otras paradas no menos inquietantes y disfrutables.
La frase vino al territorio de esta nota probablemente porque traza un arco definido -compartible quizás para algunos- en el recorrido de la obra y la vida de este creador interminable, de muchas otras vidas, pienso yo, y del entorno histórico en que todo eso se ha movido. No en balde este disco está dedicado al medio siglo del triunfo revolucionario de 1959 y (para ir adelantando la riqueza de la complejidad que mencionaré brevemente después) a los bicentenarios de Edgar Allan Poe y Charles Darwin, quienes recorrieron caminos divergentes y complementarios, como tantas veces sucede.
Lo más importante probablemente sea que, entre búsquedas, amores, incomprensiones, reafirmaciones y asperezas, la obra del trovador continúa transitando. La frase, así sin complementos directos o indirectos, ya contiene esta riqueza mayor en sí misma: transitar, sin detenerse, avanzar -entre el acierto, el error y la esperanza- es, o debiera ser, señal de nuestra época. Esta segunda cita con el trovador reafirma que esa sigue siendo su vocación y que la cumple.
Y ahora, con complementos: esta obra transita, en sus textos, en su poética, de la exuberancia (que llegó a ser barroca en canciones memorables) a esta sencillez expresiva que desnuda la palabra para entregarnos esa (otra) forma del compromiso que la vida llama belleza. Los textos de estas canciones encuentran su camino de comunicación mejor con la utilización sabia de la economía de recursos y la claridad de sus propuestas a través, por supuesto, de esa vía, esa sustancia mágica e indefinible que es la poesía. Ese lenguaje rinde tributo también, creo, a la poderosa sencillez de Yupanqui, el don Ata a quien Silvio dedicó, con admiración, uno de sus discos. Desde esa madurez sostenida que ha alcanzado la obra de Silvio, ambos pudieran advertir a los observadores erráticos: Por favor, no confundir sencillez con simpleza.
El mejor cine, la mejor literatura, la mejor canción, el mejor pensamiento (el que es capaz de consolidar verdades reafirmadoras y transformarse, a su vez, creadoramente) han construido sus realizaciones artísticas, sociales mediante la búsqueda y la expresión de la complejidad, que ha servido para indagar, analizar, proponer: ayudarnos a vivir y a encontrar caminos y respuestas. Las canciones de esta Segunda cita parten de esa poética/política que jerarquiza los aspectos éticos, abre puertas y se juega otra vez, analizando la realidad desde la complejidad, la autenticidad y la participación diáfana y comprometida:
Dijo Guevara el humano
que ningún intelectual
debe ser asalariado
del pensamiento oficial.
Este disco apela a la diversidad, también musical, en su propuesta de comunicación cómplice: “un poquito de rock, además de baladas, sones y danzones”, nos dice el trovador. Y el inventario de referencias humanas y culturales contenido en textos o dedicatorias (el propio Che, Violeta Parra, Gabriel García Márquez, César Portillo de la Luz) subraya esa diversidad y se nutre también de ella. Desde sus canciones iniciales, la diversidad ha sido raíz de la expresión artística de Silvio (presente también en el ejercicio de otras artes: el dibujo, la fotografía), dentro de la unidad que supone su pensamiento y su obra toda.
¿No estará diciéndonos, metáfora de metáforas, que través de esa diversidad dentro de la unidad están los caminos de nuestras citas más entrañables: las de la Patria y el amor -que son la misma cita interminable- en los destellos y las asperezas y las luces y las sombras de nuestro andar personal y colectivo?
Desde la misma madurez sostenida que ha alcanzado la obra de Silvio, también pudiéramos advertir en este punto a los mismos (u otros) observadores erráticos: Por favor, no confundir unidad con pobreza de pensamiento y espíritu.
Desde mi pre-audición anticipada y después de la lectura de los textos y comentarios del autor, casi al borde de recibir el disco ya impreso, con los valores artísticos agregados por la belleza del diseño de Eduardo Moltó, llego a esta conclusión inicial que comparto ahora con ustedes: esta es una obra que pide o propone relecturas, reaudiciones, no solo por el disfrute de navegar por sus ricas diversidades musicales, sino por el reto de descubrir complicidades, mensajes, sugerencias, avisos, sobre nuestra realidad.
En este tiempo de búsquedas, reafirmaciones necesarias y cambios imprescindibles en diversas esferas de la vida social, atendamos a la palabra del poeta: … a ver si al fin la lucidez del alma nos visita.
Si no hemos ido logrando ser un tilín mejores desde aquella primera cita con los ángeles de la luz y de la historia universal, esta segunda convocatoria (en la que el trovador paga deudas con “las cuitas de los ángeles de mi tierra”) también parece decirnos que es posible -siempre- intentarlo de nuevo. Por eso, moviendo la cámara hacia otro encuadre, Silvio ajusta su foco de trovador antiguo que se renueva en esta cita revisitada, ahora con los ángeles y ciertos demonios externos e internos, con la ética que propone para esta Isla que “como Prometeo, desafió los designios olímpicos entregando el fuego a los mortales”.
Y siempre, eso sí, con el amor y siempre, también, con la imaginación que es, como sabemos, esa otra forma de la belleza que el amor llama compromiso
Víctor Casaus
.

lunes, 5 de abril de 2010

DISCURSO DE PRESENTACION DEL LIBRO
“CON TANTO AMOR EN LA MEMORIA” DE MARISOL BRIONES,
POR EL ESCRITOR RAFAEL MENDOZA EL VIEJO.

Acto celebrado en el Centro Español de El Salvador el 24 de marzo de 2010.

Amigas, amigos:

Es una agradable ironía que Marisol me pida presentar su libro titulado CON TANTO AMOR EN LA MEMORIA, porque nunca fui bueno para escribir sobre el amor, sea cual sea la clase de amor que se recibe o se da. Quizás ello se deba a que el amor básico, el inicial, el que cuando existe nos marca para siempre y nos pone alas; o que, ausente, nos desmarca de la realidad y nos deja en un limbo del que con suerte lograremos escapar algún día, ese amor, de leche diría yo, que se mama en cada caricia maternal o paternal, ese a mi me dejó esperando hasta bien entrados mis primeros años. Sería otra clase de amor el que me salvaría, años más tarde, más bien el que me absorbería, el que me despegaría de la inocencia como un imán tremendo hasta hacerme caer de bruces con la realidad del sexo, mi otra condena, esta sí deleitante y vital.

Pero Marisol me ha pedido presentar su libro y como quiero mucho a Marisol por sus cualidades personales y su modestia como artista, por hacerme sentir importante y por creer en mi, por soportar ora mis enfados, ora mi involuntaria indiferencia, he aceptado gustoso su solicitud y heme aquí metido en un terreno que requiere andar con tiento y con respeto, pues ella no es una poeta más, ya que ha sido más que una poeta: revolucionaria, funcionaria, asistente de destacados políticos, periodista, directora de agencias de noticias, además de madre y de ejercer la noble profesión de docente de enseñanza especial. Si no bastaran tales méritos, hay que considerar que nace de barro Nicaragüense, hija de un periodista nica muy respetado, a cuyos pies se convierte en permanente partícipe de juntas y cenáculos que reunían a lo más destacado de la intelectualidad de su patria natal, desde las cuales escuchaba atenta los tambores revolucionarios que, tronando bajo el liderazgo del General de Hombres Libres, célebre Hombre de Niquinohomo, anunciaban la batalla final que permitió romper las amarras de esa “india morena de pies descalzos” como nuestra querida autora de la casta Briones llama a su patria.

Mal que bien armado ya del valor necesario para esta empresa, paso pues a lo que nos trae y, en el limen de mi presentación, he de advertir que no es posible presentar el libro in commentum sin tener como referencia obligada el anterior de Marisol, LLUVIA DE LUNA LLENA, que es como la primera parte de un mismo estallido de símbolos, imágenes, evocaciones y trasparencias anímicas danzando en torno al sagrado y avasallador fuego del amor, no el ya explicado, no el caritativo, ni mucho menos el filial, sino el erótico, nombrado así, con toda la fuerza semántica y romántica del término, entendido lo segundo como carácter del erotismo en una escuela literaria que ha dejado una impresionante cauda de obras de gran significación, relación que me veo en la necesidad de obviar en respeto al tiempo y, más aún, a quienes en verdad ocupan mejor esos dominios. Volviendo a la advertencia que justifica este párrafo, veremos que hay, en efecto, entre ambas obras vasos comunicantes muy evidentes, no solo en los símbolos y las imágenes sino también en la creatividad misma que la autora pone de manifiesto con astucia... Así nos encontramos en la página 38 de CON TANTO AMOR... un poema que se titula LUNA LLENA DE LLUVIA, que retrotrae al título del primer libro con una inversión sintagmática de fina hechura en la que se revela la ocurrente creatividad de Marisol. Claro, es el mismo amor el que ha movido poemas divididos en dos poemarios.

Pero no interesa plantear esa relación únicamente como dato sino como prueba de que con LLUVIA DE LUNA LLENA y, encima de eso, CON TANTO AMOR EN LA MEMORIA, la autora no nos presenta en realidad dos obras de contenido exclusivamente erótico, sino una agenda de vida en la que el amor ocupa gran parte de sus citas y... sus cuitas. Veamos si podemos explicarnos:

El erotismo que encierra LLUVIA DE LUNA LLENA arranca con una investidura mítica que permite ver la identificación de la autora con los misterios de la noche; de ahí, como veremos después, se desparrama en la obra de nuestra poeta amiga una cascada de símbolos, como capa que la resguarda del mundo real y la hace reinar con sus versos sobre el sueño de los incapaces de amar. En el poema inicial, LILITH. leemos:

“...La dueña del placer y la palabra. / La amada, la amante / La que enreda corazones en su pelo...” Pero en estrofas que anteceden ha dicho: “...La indómita / Guardiana de su independencia / La transgresora de los límites impuestos...”

Es como si Marisol hubiese querido establecer que nos va a hablar del amor, pero desde el plano personal en que se ha podido probar el sabor de la pasión, pero sin exaltarlo ni dejarse atrapar por sus redes; algo así como “yo, reina de la noche, se que soy amada, se que soy amante, pero sentada sobre la luna, como Lilith, sigo siendo libre...” Según la versión hebrea del mito mesopotámico de Lilith, esta fue creada por Dios junto con Adán antes que Eva; fue pues la primera mujer. Escapó del paraíso y de Adán, molesta porque este le pedía hacer el amor estando ella acostada boca arriba, en la posición más común y corriente. Por haber huido fue condenada a perder todos los hijos que ella concebía con el semen de cuanto hombre lo derramaba fuera de la función debida. por propia mano o en infidelidad. Por eso la imagen de Lilith se ha convertido en símbolo de la liberación femenina en algunas culturas.

Con todo y ese poema inicial e iniciático, el erotismo presente en la poesía de Marisol, al menos en estos dos libros, se nos antoja a veces como un erotismo tierno, de ternura casi ingenua –no inocente, que es otra cosa-; ello, porque es una ternura natural, capaz de desnudarse sin malicia bajo la luna... Veamos ahora algo de la producción de la autora que evidencia lo que afirmamos. Tiempo habrá de analizar los otros símbolos:

“... Ahora solo quiero decir / que te quiero en Septiembre / y también en Enero / por años enteros. / Con lunas llenas / medias lunas y aún sin luna...” // (De ANIVERSARIO).

En esos versos pareciera que el amor confiesa su rendición. La reina de la noche se queda sin sitial, pero amando, siendo amante. La autora ha amado más que noche, luna y poesía: es mortal. No es mito. El lenguaje y la estructura de estos versos, se parecen mucho a los de otra escritora, la que nos acompaña en la locura familiar y que se quedó en un octubre “con tanto amor en la palabra”, valga la parodia que en este caso era de imponerse.

Lo dicho con respecto a aquella ingenuidad presente (que aquí debe ser entendida como “bona fide” aún no experimentada en el sufrimiento que producen el mal de amores o la decepción de la amante) no quiere decir que, por momentos, el deseo no se desborde por algunos versos con esa fuerza expresiva característica de las pasiones francas y valientes, capaz de entender y atender los aullidos de los faunos que la sensualidad deja rondar en noches así, en que al amor llama con claridad a su íntimo ritual. Pero siempre se expresa con naturalidad, con la sinceridad de lo realmente gozado, no como recurso de encantamiento poético, como podemos observar en el mismo poema ANIVERSARIO:

“Porque seguís siendo / el único mago / que sabe utilizar sus melodías / como encantamientos, / que sabe hacer a mi sangre sonora / y a mi cuerpo / tu instrumento de vibrador frotado.”

Así atemperado por los címbalos que la sangre hace tañer en los cuerpos que sueltan sus bridas para la entrega inevitable, el amor, en la obra briónica salta de pronto sobre los tejados de la poesía con versos que son “como gatos montunos”. Véase DE CUANDO NOS MIRAMOS, página 9, del primer libro aquí tratado, uno de los poemas más escandalosamente bellos y femeninos que he leído y que me da la gana leer entero:

“Cada vez que nos miramos / lo hacemos / con ojos húmedos, de perros jadeantes. / Te propongo / dejar ya el lenguaje de signos // Asaltar las fronteras / avanzar con alas de libertad / como gatos montunos / arañándonos / lamiéndonos / acariciando por fin /
nuestras geografías...”

Creo que no habría ya necesidad de continuar con esta presentación. Ahí se ha dicho todo. Ahí lo ha dicho todo una mujer que consciente de la hermosa geografía de su cuerpo y de la del amado que ha inspirado versos tales, no podría haber tenido mejor oficio que el de poeta. Ahí, sin embargo, no lo ha dicho todo esta poeta, porque en la agenda de una poeta auténtica, el amor no puede dejar de atender todas las citas que le apuntan el tiempo y la distancia...

Saltemos nosotros también con los gatos al segundo libro... Nos los encontramos ronroneando con esa sonrisa pícara que Marisol no puede evitar en ciertas ocasiones en que se ve arrinconada por un requiebro o una insinuación al paso, por ejemplo en RAZÓN PARA AMAR, aunque tácitamente mencionados:

“Te amo / porque amas lo que soy / y a mis dos ramas / porque abandonas tu seriedad / para descifrar mis enigmas / porque gozamos juntos / hasta las mascotas...”

Esas mascotas no podrían ser más que gatos, como que ya los perros como signos han quedado erradicados con su jadeo de todos estos testimonios en el anterior poema aquí leído. Están también estos enigmáticos animales mezclados con otros elementos de la nocturnidad en que parece haberse gestado esta poesía, al final de un poema de título emblemático al que ya nos hemos referido: LUNA LLENA DE LLUVIA. Véase:

“Desde entonces / la noche / llena de luna llena / es un espejo sin fondo / donde caben incendios / confesiones, gatos, boleros / y cabalgamos desnudos de tiempo / por el universo...”

No sorprenda que este segundo libro incluya un homenaje a un gato famoso. Leemos en la página 69 el poema GATO DE CHESIRE. Se trata, al parecer, del famoso personaje creado por Lewis Carrol en su famoso libro, el que solía desaparecer hasta quedar solo en sonrisa y que entretenía a Alicia con sus paradojas; la brizna de duda con que inicia la explicación previa se debe a que en el título del poema falta una h que quizá nos birló el editor, con la que quedaría claro que se trata del nombre de la ciudad inglesa de Cheshire que es de donde Carrol lo adopta para su felino. Pero se trata de él con seguridad porque en el comienzo de ese poema Marisol le dice “Siempre vuelves puntual en mis recuerdos mi gato de Chesire...”

Pero donde mejor se funde nuestra poeta con ese símbolo es en SIETE VECES SIETE, que concluye con esta estrofa:

“...Y sin embargo / podría perdonarte / setenta veces siete / entregándote / una a una / /mis siete gatunas vidas...”

No vamos a extendernos tanto sobre el simbolismo de la luna. Es tan claro como la luz que ella refleja de otra fuente. De ambos nos habla Marisol (a quien mejor le hubieran puesto Mariluna de nombre, a juzgar por su pasión por Selene), en el poema que lleva, precisamente, el nombre de esa satélite del sol y de la poesía de su autora, pero nosotros aquí tomaremos solo el final:

“...Con el correr del tiempo / el mundo oscureció / entonces desde un río de lágrimas y soledades / la diosa se encarnó en la luna / y el dios en el sol. / los dos respiran por la herida / entre el mar y el desierto / un anillo de fuego los consume / que sanan brevemente / cuando la luna come un pedazo de sol,,,”

Preciosa imagen la que encierra el final de poema para aludir a la fase menguante de la luna y, al mismo tiempo, del dolor que acompaña la ausencia o la tardanza del amor. Ya al comienzo del libro su autora había dejado testimonio de la celeste pareja, como lámparas de su más alto sentimiento de mujer:

“Te amo / porque amas lo que soy... // ...porque me has regalado / el sol del atardecer /
y la / L / de tu luna...”

¿Será esta L clave de algún Luis?... ¿Del Luis al que nuestra amiga le pide, en el poema DONDE DIGO SU NOMBRE que forma parte del primer libro, que no se aleje por lejos que se encuentre? Nunca lo sabremos. O quizá sí, mañana, si atendemos aquellos versos populares que nos acompañaron en la infancia: “Misterios que al papel lleva la mano / el tiempo los descubre y los publica...” Pero salgamos ya del tiempo de los Luises para pasar a otro comentarios.

Hay otros símbolos en el libro que valdría la pena tratar, si tuviésemos más tiempo, como los pájaros, los sueños, lo telúrico de los emblemas fáunicos y florales, pero nos falta referirnos a dos características que se advierten palmariamente en el libro que hoy presentamos, de índole conceptual la primera, estructural la segunda. Vamos en ese orden:

Lo primero que quiero exponer con brevedad trata de que la simbología a la que nos hemos referido procede de la influencia potente y valiosa que la mitología de nuestro mundo ejerce en el pensamiento de la autora y en la identificación que con esos valores históricos y culturales asume ella por vocación natural, por ser barro moreno que se resuelve en palabra, en verbo, en oficio de Grandes Lenguas. El último fragmento poético que hemos leído da cuenta clara de lo que hemos afirmado. No creemos prudente traer otros ejemplos. Ya el lector tendrá oportunidad de constatarlo con la lectura de estas dos obras. Paso pues, ahora a lo segundo.

A mi me parece que lo más valioso de la poesía de Marisol Briones, desde el punto de vista de la estructura poética, se encuentra en sus poemas de corta extensión. No es porque nosotros hayamos cultivado ese tipo de estructura, sino por el acercamiento formal que tienen con, por ejemplo, el epigrama y otras construcciones poéticas de este tipo. Recordemos el poema aquel donde canta a su Nicaragua y que mencionamos al comienzo de este ejercicio... Y es tal la validez de lo que afirmo, que el ingenio creativo de Marisol se revela contundentemente en aquellos poemas que asemejan píldoras de filosofía, como estos:

“No se si el encontrarte / fue un cruce de destinos / o un destino de cruces...” ¡Tres soberbios heptasílabos que son una joya de síntesis!

Otro:

“Me acerqué a tu cráter / y desde entonces supe / que tocaba el cielo / y abría el infierno...”

Yendo en crescendo de versos dentro de esta clase de poemas, pero manteniendo la síntesis de expresión, se encuentra el poema DE CUANDO NOS MIRAMOS que ya hemos leído, pero en el segundo libro, esa característica sigue manteniéndose con cobrada fuerza; así en el poema ES MAYO que vuelve a recordarnos el poder comunicativo que tienen los poemas de Mezti Súchit Mendoza López y que desde ahora, deberá formar parte de las más exigentes antologías de la poesía de nuestro tiempo:

“Es otro mayo / la plaza está vacía / el vuelo de los pájaros / detenido / la lluvia de estrellas / sin caer. / Mi patria sin ti / es una pancarta rota, / en este otro mayo / en que todavía / te quiero.”

En este orden se ubica también el poema al GATO DE CHESHIRE.

Celoso que soy de la verdad y de lo justo, debo decir también que hay varios poemas de estos libros que no debieron incluirse; afortunadamente no son ,muchos, pero este juicio es un tema que sólo es válido discutir entre Marisol y yo, si ella me lo permite. Yo también he incurrido en esos excesos, que no restan nada de valor a lo esencial de un libro, pero que con el tiempo le molestan a uno al verlos donde no debieron estar. Ya para terminar, haciendo descarada gala de ese afán lúdico que me acompaña siempre, quisiera decir que con estas dos obras, despojadas de algunos poemas que son prescindibles, yo, Mendoza el Viejo, hubiera hecho un solo libro con el título CON TANTA LUNA EN LA MEMORIA ó, quizás mejor, POEMAS DE UNA GATA LLENA DE LUNA. Pero como no soy el autor de ellos, me parece mejor quedarme “con la memoria en la luna”, en la luna de Marisol Briones, que no es de queso –me refiero a la luna, porque Marisol ya vemos que tampoco- sino luna de amor, luna de gatos, de noches encendidas, de pájaros nocturnos, de boleros y plazas que se cruzan furtivamente, de viajes y proyectos; un mundo mágico que nos revela a una mujer que no olvida sus recuerdos de luchadora, orgullosa de su casta, de su patria y de su oficio.

Bien. Creo haber abordado lo sustancial de la poesía de Marisol. Si algo sin querer he omitido habrá sido por incapacidad. Ya hemos anticipado que no somos expertos en estos oficios de padrino. De hecho, es quizá la segunda o tercera vez que caemos en la osadía de presentar un libro ajeno. Y de cierto digo que nunca lo hicimos con más entusiasmo, más confianza, ni más complacencia que hoy.

Solo quiero pedirle a Marisol que antes de leer poemas de CON TANTO AMOR... lea uno de LLUVIA... que lleva el título EN LA DISTANCIA. Ocurrió que cuando lo leí por primera vez hace... ¡cuatro años!, sentí en los dos últimos versos que un endecasílabo pugnaba por salir a ocupar mejor sitio en un soneto; y amante que soy de ese molde poético, le di gusto. Me tomo la libertad de leerlo para cerrar mi intervención, después de que lea el suyo esta dama de colochos que, según ella misma dice en un poema de CON TANTO AMOR..., son como “anzuelos para otros”, para otros que se atrevan a caer en las garras de una gata así, con tantas vidas y tan bellos poemas...


Rafael Mendoza el Viejo.

XXIV – MARZO - MMX


(Se agrega en página siguiente el soneto mencionado al final del discurso)

GLOSA

“…demando el don de la ubicuidad
para alentar tu lecho y mi cuerpo
en esta larga y fría madrugada
de la distancia.”
Marisol Briones

En esta larga y fría madrugada
yo también estoy solo en otra historia.
Entre sombras, insomne, hago memoria
de tu voz, tu sonrisa y tu mirada.

Lamento no tenerte aquí abrazada
y no poder gozarme con la gloria
de que alcancen unidos la victoria
nuestros cuerpos, en ansia desbocada.

Pero mi mente, donde moras, sabe
con tu imagen construir la fantasía
de ese encuentro y lo sueño. Cuando acabe

su magia, encenderé la poesía
y en un soneto a lo mejor te grabe
en esta madrugada larga y fría.

Rafael Mendoza Octubre 2006