Hago un inventario de las cosas hermosas

que este año que termina me ha dejado

Agradezco a los dioses mestizos

por haber escuchado el latido de mi corazón

y las plegarias de mi sangre

Tomo las cosas malas que este año,

A pocas horas de morir, me dejó

y las coloco en el pico de un cuervo

para que las lleve al planeta de las cosas olvidadas

No me canso de cantarle a la vida cotidiana

y a la maravilla del ser humano

aunque debo confesar que ha habido días grises

en que me he sentido contra la pared

simplemente porque no he sido capaz

de perdonar y pedir perdón

Hoy, perdono sin olvidarme de que

en el rincón más dulce de mi memoria

siempre estarán los amigos, los abrazos, las sonrisas

y pido perdón por cada momento de duda

y doy gracias por cada cosa aprendida de los demás

Sé que el próximo año vendrá lleno de amaneceres

y cada sueño tendrá su tiempo para ser soñado

lo escribo ahora que la vida me ha regalado un nieto más

y que me mi madre me dijo adiós con sus sonrisa siempre hermosa

desde la vieja casa en Somoto

Hoy será mañána y mañana será ayer

más que un juego de palabras es el juego de la vida

el mundo se sigue debatiendo entre la verdad y la mentira

las noticias nos llegan como un aguacero de vergüenza

mientras el poder de los ambiciosos

sigue pintando de sangre el rostro de los marginados y excluidos

Pero hay un pequeñisima luz

Que es capaz de iluminar toda la oscuridad del mundo

y es la que quiero compartir con todos ustedes

esa paz que comienza en nosotros mismos

que debemos ser capaces de defender con humildad

y a la vez con fortaleza

solo así tendrá sentido decir

Feliz Año Nuevo!

Luis Enrique Mejía Godoy

31 de Diciembre, 2007