miércoles, 17 de septiembre de 2008

MUJERES EN LUCHA POR LA LIBERTAD





Las mujeres siempre han tenido participación en los procesos sociales y políticos de los países, sin embargo sus aportes han sido invisibilizados a favor del protagonismo masculino.
Gracias a las investigaciones realizadas por el historiador Carlos Cañas Dinarte comenzamos a conocer su protagonismo durante las gestas contra la corona española.

Las hermanas Miranda fueron las dos primeras mujeres salvadoreñas que sufrieron vejaciones en las luchas por la independencia.

Los comisarios Juan Morales, Antonio Reyes e Isidro Sibrián y las señoras María Feliciana de los Ángeles Miranda yManuela Miranda,se levantaron en armas con gente que reunieron en Piedra Bruja... Asaltan la población de Sensuntepeque, se toman el cuartel, deponen su subdelegado español José Muñoz...


Por estos actos fueron capturados por las autoridades españolas,ellos fueron enviados al castillo de Omoa y ellas recluidas como castigo en un convento de la localidad de San Vicente de Austria y Lorenzana, como parte de la servidumbre del cura párroco del convento. Antes fueron condenadas a recibir latigazos en la plaza central de San Vicente.

María de los Ángeles murió a principios de 1812, cuando su espalda desnuda recibió las descargas del látigo de su verdugo frente a la multitud reunida en la Plaza Central de San Vicente. Al momento de su muerte, rondaba los 22 años de edad.

Fue declarada Heroína de la Patria mediante el decreto legislativo 101 (30 de septiembre de 1976).

Otras mujeres que participaron en la gesta independentista y de la cual la historia recoge sus nombres son


Manuela Antonia Arce y Fagoaga, hermana del prócer Manuel José Arce. Esposa de Domingo Antonio de Lara .

Se resalta el papel de Manuela Antonia Arce como “abogada defensora”, quien haciendo uso de sus limitados conocimientos de letras y leyes, denuncia a través de una carta enviada a las autoridades españolas, el maltrato que sufren en la cárcel su hermano y su esposo.

María Felipa Aranzamendi

Esposa de Manuel José Arce, con quien procreó once hijos. Durante el período de cárcel de su esposo, tuvo que administrar los bienes familiares y cuidar de sus hijos e hijas. Además se hizo cargo de la defensa judicial de su cónyuge.
María Felipa acompañó a su esposo durante toda la gesta independentista, en la guerra para impedir la anexión a México, como Primer Presidente Federal de C.A. y en su exilio en México.


María Madríd–viuda oriunda de Tejutla (Chalatenango), de 43 años de edad- y Francisca de la Cruz López joven de 30 años de edad, soltera y nativa del lugar-, quienes fueron liberadas gracias al indulto promulgado el 3 de marzo de 1812, tras ser capturadas y sometidas a largos interrogatorios y acusaciones de alta traición contra el imperio ibérico.

Las metapanecas Juana de Dios Arriaga, Inés Anselma Ascencio de Román , Dominga Fabia Juárez de Reina, Úrsula Guzmán y Gertrudis Lemus. Las dos últimas suministraron piedras y armas a los indios y mulatos que, el 24 de noviembre de 1811, participaron en enfrentamientos en esa localidad santaneca, dirigidos por el prócer Juan de Dios Mayorga.



Se reconoce como una mártir a Mercedes Castro –fusilada en San Miguel por sus afanes libertarios-, al igual que los de las viroleñas Josefina Barahona,Micaela y Feliciana Jerez.



El 15 de septiembre de 1821, en las afueras del Palacio de los Capitanes Generales, una mujer fue determinante para decidir la balanza de la historia a favor de la Independencia. María Bedoya de Molina, esposa del prócer guatemalteco doctor Pedro Molina, hizo que una banda tocara música en la plaza y llamó al pueblo a concentrarse en el lugar, mediante la quema de cohetes de vara. A los pocos minutos, una multitud se reunió frente al edificio y así los notables se vieron obligados a decretar la emancipación política de las provincias centroamericanas.

1 comentario:

HuelveElena dijo...

Hola, Marisol, soy profesora de Historia y no sé si ha conocido o leído a María Josefa García Granados, nacida en Cádiz pero creó y escribió en Guatemala en el siglo XIX.
Tal vez pueda leerla y le guste.

Saludos.